Actualizado el día 17 de mayo de 2023 por Santos Muñoz Tebar
¿Qué es el rebranding o cambio de marca?, ¿cuáles son los beneficios de una buena estrategia de rebranding?, ¿qué condiciones deben darse para que sea un éxito? Estas y otras interrogantes serán contestadas en este post, por lo que te sugiero seguir leyendo.
Todos tenemos el derecho a recapacitar y realizar cambios con el propósito de dar un nuevo enfoque de lo que somos y lo que sentimos. Desde el punto de vista empresarial, este derecho es igualmente aplicable, donde se puede decidir dar una transformación a la imagen de la marca.
Las razones que motivan a una compañía a realizar este tipo de cambios se derivan de diversos factores. Como tal. Estas transformaciones se denominan rebranding.
¿Qué es el rebranding?
Si tenemos como definición que el Branding es el conjunto de técnicas que son aplicadas para proyectar el mensaje o la imagen de una marca, entonces podemos concluir que el rebranding es una reinvención de la imagen proyectada, un cambio de look.
Expresado en otras palabras, el rebranding son las acciones que se toman para renovar la marca, con el propósito de causar un mayor impacto o adaptarse a una nueva generación.
En la mayoría de las ocasiones el objetivo que se desea alcanzar es cambiar la percepción que tiene el consumidor ante la marca para encontrar una clara distinción entre la competencia, lo que causa un verdadero impacto. Eso sí, es bueno tener en cuenta que aplicar esta estrategia implica una considerable inversión monetaria en muchos casos.
Rebranding ¿cuándo aplicarlo?
Son diversas las situaciones que puede provocar en una empresa aplicar esta acción tan radical. A continuación, pasaré a detallar las situaciones más apremiantes.
Los clientes no captan el mensaje de tu marca
La garantía del éxito de un negocio de cara al público es su posicionamiento, sobre todo enmarcado es la categoría que deseas plasmar.
En el caso de que el posicionamiento se vea afectado por la respuesta infructífera de la audiencia en general, sobre todo cuando ya ha pasado un tiempo prudencial, esto es un claro indicio de que algo va mal. Este efecto negativo también puede ser incidido por acciones concretas o el sufrir “crisis de imagen”.
Quizás sea necesario renovar la imagen, es decir, aplicar rebranding. Estas situaciones suelen estar asociadas a grandes corporaciones donde la marca goza de mucha visibilidad.
Rebranding para dar un nuevo enfoque de la empresa
Con el paso del tiempo, las buenas empresas van creciendo y evolucionando ganando cada día tanto más clientes como experiencia. El salto de una pequeña empresa a mediana o grande puede que requiera de un rebranding.
Otros factores que pueden provocar el cambio son: la inclusión de un nuevo socio, diversidad de ofertas, cambio de rubro o concepto, potenciar el posicionamiento, captar clientes diferentes, etc.
Si la imagen que proyecta la marca no representa la categoría de la empresa, esta será un ancla que no permitirá el sano desarrollo y crecimiento de la compañía. Es necesario aplicar un rebranding.
La imagen de la marca no representa tu negocio
Hasta la empresa más reconocida y popular del momento se le llega a empolvar su imagen. De hecho, la percepción de un público acostumbrado al mismo diseño por muchos años, se les trasmite la idea de que no hay nada nuevo que ofrecer.
También es posible que el diseño descuidado que en un principio no distes importancia, ahora sientas que es necesario cambiar, sobre todo cuando has comprendido que el aspecto profesional que refleja tu marca es incidido por un buen diseño de imagen.
La marca ya no es importante a los ojos del consumidor
Una triste realidad que a toda empresa puede pasar, es que sus clientes pierdan el interés de consumir lo que se ofrece. Esto puede suceder porque quizás ha ocurrido un cambio en la forma de interactuar con la marca o productos o servicios.
Esta es una alerta máxima, si ya no estimulas a nadie con tu imagen es el momento más oportuno de un rediseño total.
¿Qué riesgos tiene el rebranding?
Aunque esta estrategia puede salvar una compañía de quedar abandonada en el sótano del comercio e incluso puede aumentar aún más la popularidad de una marca ya reconocida, se corren ciertos riesgos que son dignos de considerar.
El rediseño de la imagen de una empresa es un tema que no puede tomarse a la ligera. Existen testimonios reales de empresas renombradas que han implementado un cambio de look y se han visto en serios aprietos. Incluso algunos han tomado la decisión desesperada de volver apresuradamente a su imagen anterior antes de que las consecuencias sean nefastas.
No hay que desestimar el impacto emocional que puede afectar a los clientes fidelizados, recuerda que una imagen proyectada por muchos años puede ser sinónimo de seguridad y bienestar.
Esto recalca la importancia de que al decidir aplicar un rebranding, primero hay que hacerlo en el momento propicio y de la mejor manera. Para lograrlo se hace necesario un estudio concienzudo del mercado, donde la opinión del público consumidor vale oro, al fin y al cabo, es ellos a quien se desea llegar.
No realices un cambio de imagen solo por capricho. Si estas en un buen momento, ¿por qué no esperar un poco más antes de renovarte? No vale la pena arriesgarse por nada. Ahora, si estas en un claro declive o el cambio de concepto de la marca obliga a realizar el cambio, bienvenidos sea.
Y después del rebranding, ¿Qué hago?
Ya has considerado todos los pros y contras, meditaste juntos con tus socios y han decidido darle un retoque parcial o total al “Performance” de la marca. ¿Qué sucederá ahora?
Lejos de ser el fin, ahora es el nuevo comienzo. Te encuentras ante un renacimiento de tu marca, y así como volcaste todos tus esfuerzos y tu pasión al emprender por primera vez tu negocio, debes aplicar la misma entrega ahora.
La nueva proyección de tu imagen debe ser defendida por medio de acciones concretas que aporten nuevos valores que enaltezcan la marca. Quisiera finalizar con estas emblemáticas palabras: “Tu marca será tan grande como la proyectes en tu mente y corazón”